A beautiful gift that life gave me
In this last destination, specifically in AFP PlanVital - an institution whose main mission is to manage its clients' pension savings and then provide them with their pension when they retire - I had the opportunity to live a great experience that marked a historic event in the company: the delivery of pensions to the homes of our clients over 80 years old, who were unable to leave due to the health crisis caused by Covid-19. In fact, we were the pioneers in carrying out this initiative.
In fact, on the same day as my 50th birthday, I personally went with the PlanVital staff to deliver a pension to an elderly lady, an event that I remember as extremely gratifying because of how important it is to live the community and the reality that our clients are facing at this difficult moment at national and global level, and to be able to offer them a concrete and real solution because they need it. Without thinking about it, I think it was a nice gift that life gave me on my birthday.
The "Because they need it" initiative, which provides pensions to our elderly customers, undoubtedly reaffirms for me the importance of empathising with others and offering them the best service. It is our duty to value each and every one of our clients and to ensure that they always have the best experience, a human experience, because that is undoubtedly what makes the difference and allows us to be the best in terms of quality of service and, why not, as human beings.
Today I can say that I have lived up to my conviction of getting to know different realities in different places and that, in this career that I have had with the Group, I have played to give the best of myself in each of the places where I have been able to exercise my work, always reaffirming that teamwork, the human touch and new ideas are essential to progress and grow.
Mexico, Ecuador, Chile, and who knows what the next destination will be. All I know is that, wherever I am, my great desire is to continue to give the best of myself, what I started to learn in Trieste, my hometown and my home, a destination that today I only visit when I am on holiday, but which reminds me every day why I am here, giving everything at Generali.
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Un lindo regalo que la vida me dio
Hace 25 años, en marzo de 1996, comencé a trabajar en el Grupo Generali en Trieste, con la firme convicción y curiosidad de conocer distintas culturas, climas, personas, entre otros. En ese entonces, nunca imaginé todo lo que podría llegar a ser el Grupo para mí, y a 25 años de ser parte de éste, puedo decir que he tenido la gran oportunidad de entregar mi aporte en distintas empresas y en países como México, Ecuador y Chile.
En este último destino, específicamente en AFP PlanVital -institución que tiene como principal misión, administrar los ahorros previsionales de sus clientes para luego entregarles su pensión al momento de jubilar-, tuve la oportunidad de vivir una gran experiencia que marcó un hecho histórico en la Compañía: la entrega de pensiones en las casas de nuestros clientes mayores de 80 años, debido a que ellos no podían salir a raíz de la crisis sanitaria por Covid-19. De hecho, fuimos los pioneros en llevar a cabo esta iniciativa.
Curiosamente, el mismo día de mi cumpleaños número 50, fui personalmente, junto a colaboradores de PlanVital, a entregar la pensión a una señora de la tercera edad, instancia que recuerdo como sumamente gratificante, porque, qué importante es vivir la comunidad y la realidad que están enfrentando nuestros clientes en este difícil momento a nivel nacional y mundial, y poder entregarles una solución concreta y real, porque ellos lo necesitan. Sin pensarlo, creo que ese fue un lindo regalo que la vida me dio la oportunidad de cumplir justamente en mi cumpleaños.
La iniciativa “Porque ellos lo necesitan”, de entrega de pensiones a nuestros clientes mayores, sin duda me reafirma lo vital que es empatizar con los demás y entregarles el mejor servicio. Es nuestro deber valorar a cada uno de nuestros clientes, y velar porque tengan la mejor experiencia siempre, una experiencia humana, porque sin duda, eso hace la diferencia y nos permite ser los mejores en calidad de servicio y por qué no, como personas también.
Hoy puedo decir que he cumplido mi convicción de conocer distintas realidades en distintos lugares, y que en esta trayectoria que llevo en el Grupo, me la he jugado para entregar lo mejor de mí en cada uno de los lugares donde he podido ejercer mi labor, siempre reforzando que el trabajo en equipo, el toque humano y las nuevas ideas son fundamentales para avanzar y crecer.
México, Ecuador, Chile, y quién sabe cuál será el próximo destino. Solo sé que donde sea, mi gran anhelo es continuar entregando lo mejor de mí, aquello que comencé a aprender en Trieste, mi pueblo natal y mi hogar, destino que hoy visito solo en plan de vacaciones, pero que me recuerda cada día el por qué estoy aquí, dándolo todo en Generali.