Who am I?

JORGE GOMEZ AGUILAR from Generali EspañaS.A. de Seguros y Reaseguros
If you look at the photo in the article, you probably won't recognise me. You won't know who I am out of all of them. You will just see a group of young, happy people smiling at the camera. To be honest, I don't remember all their names. I don't even remember who took the picture.

Of those of us in the photo, some of us are still with Generali; others are not. There are people with whom I maintain a close relationship, while with others I have almost completely lost touch with.C'est la vie.

It is now two and a half years since that moment was captured on a mobile phone. But there is something that keeps us all together, despite change, time and distance. It is the feeling of being part of something very big, bigger than all of us. It is the feeling of belonging to the Generali family.

Do you want to know my story, our story? The one of those kids who were smiling in the photo, not knowing what the future would bring? Follow me along these lines and find out for yourself.

 

He joined Generali in October 2018. I was part of a group of 40 young people in the final years of their careers. We all shared the illusion of finishing one stage - the university stage - and starting another - the professional stage. Moreover, we all wanted to bet on Generali to start this beautiful journey. Generali also wanted to bet on us. And he got was right.

That 1 October 2018 was a Monday. We had all been, at least once, to the headquarters at Calle Orense 2 in Madrid. We had all been interviewed there. And we had all arrived at least half an hour early, with the usual first-time nerves. Newbies.

Nervous glances at the clock, hollow comments and the occasional joke were filling those minutes before the entrance. Until 9.00 a.m. Nine o'clock in the morning on Monday, October 1, 2018. That's when it all started.

We were being called by name to go through the turnstiles to the elevators. We went up in small groups and were escorted to a meeting room, where we all sat down. those were the days! Those were the days! No safety distances, no seats, no masks... all together around a table, like children at a birthday party, now celebrating our first steps in the House of the Winged Lion.

Until that moment we had been competitors, one against the other, fighting for a place in the program. From then on, no more competition, no more struggle to stand out. Now we were all friends, part of a big family.

 

Gonzalo, Elena, Pilar, Almu, Adri, Irache, Andrea, Marta, Miguel, Carlos, Javi, another Miguel... Seeing that photo brings to my mind so many memories, so many anecdotes, so many moments together that we have shared. From "a quick coffee on your floor, your coffee machine is better than mine", to an unexpected meeting in the elevators ("I'll tell you now, there’s 13 of us in here!") or meeting for lunch on a Friday and starting to enjoy the weekend with friends.

It is impossible to keep just one of these moments, because they are all engraved in my memory in white letters on a red background and they all bear the unmistakable stamp of Generali.

It is only two and a half years since I took that picture. Sometimes I look back and it feels like I've been here for centuries. That's what you get when you're happy and in a family, time flies. Like the winged lion that has guarded the city of Venice for centuries, flying over its canals.

At other times, it feels like it has only just begun, and that the road ahead is everything. Behind me, footprints on a wide path. In front of me, an infinite world of possibilities and a new path to discover.

These two and a half years have been just the preamble to a beautiful story that I hope to share with you, and at the same time to be your witness. This time at Generali was the prelude to a novel, in this case mine, which in turn continues another, much bigger story, which began in 1831, in a small town off the coast of Venice...

 

I have already told you the first chapters of my story. I hope that we will experience the next ones together. I also hope that you will have a chapter in my novel and that we will write this story together.

 


Do you want to know who I am out of all of us in the photo?

Let's go to Venice together and meet there in person, what do you think?

¿Quién soy yo?

Si miras la foto del artículo, probablemente no me reconozcas. No sabrás, de entre todos ellos, quién soy yo. Sólo verás un grupo de gente joven y alegre que sonríe a la cámara. Para ser honestos, no recuerdo todos sus nombres. Ni siquiera me acuerdo de quién tomó la fotografía.

De los que salimos en la foto, algunos seguimos en Generali; otros no. Hay gente con la que mantengo una relación cercana, mientras que con otros la he perdido casi por completo. C’est la vie.

Ahora han pasado dos años y medio desde ese instante que fue capturado por un móvil. Pero hay algo que nos mantiene unidos a todos, a pesar de los cambios, del tiempo y la distancia. Es la sensación de formar parte de algo muy grande, superior a todos nosotros. Es el sentido de pertenecer a la familia Generali.

¿Quieres conocer mi historia, nuestra historia? ¿La de esos chicos que salían sonriendo en la foto, sin saber qué les depararía el futuro? Acompáñame en estas líneas y descúbrelo por ti mismo.

 

Me incorporé a Generali en octubre de 2018. Formaba parte de un grupo de 40 jóvenes en sus últimos años de carrera. Todos compartíamos la ilusión por cerrar una etapa -la universitaria- y dar comienzo a otra -la profesional-. Además, todos quisimos apostar por Generali para iniciar esta bonita andadura. Generali también quiso apostar por nosotros. Y acertó.

Ese 1 de octubre de 2018 era lunes. Todos habíamos estado, al menos una vez, en las oficinas centrales en la calle Orense 2 de Madrid. Todos habíamos hecho la entrevista allí. Y todos, con los nervios habituales de la primera vez, llegamos como mínimo media hora antes. Novatos.

Miradas nerviosas al reloj, comentarios huecos y algún que otro chiste fueron llenando esos minutos previos a la entrada. Hasta que dieron las 9.00. Las nueve de la mañana del lunes 1 de octubre de 2018.  Ahí empezó todo.

Nos fueron nombrando para ir accediendo por los tornos a los ascensores. Fuimos subiendo en grupos reducidos y nos acompañaron hasta una sala de reuniones, donde nos sentamos todos. ¡Qué tiempos aquellos! Sin distancia de seguridad, ni aforo, ni mascarillas… todos juntos alrededor de una mesa, como cuando éramos niños en un cumpleaños, celebrando ahora nuestros primeros pasos en la casa del león alado.

Hasta ese momento habíamos sido competidores, unos contra otros, peleando por una plaza en el programa. A partir de entonces, ya no más competición, ya no más luchas por destacar. Ahora éramos todos amigos, parte de una gran familia.

 

Gonzalo, Elena, Pilar, Almu, Adri, Irache, Andrea, Marta, Miguel, Carlos, Javi, otro Miguel… Al ver esa foto me vienen a la cabeza tantos recuerdos, tantas anécdotas, tantos momentos juntos que hemos compartido. Desde “un café rápido en tu planta, que tu máquina de café es mejor que la mía”, hasta un cruce inesperado en los ascensores (“¡ahora te cuento, que vamos 13 aquí metidos!”) o quedar a comer un viernes y empezar a disfrutar del fin de semana con amigos.

Es imposible quedarse sólo con uno de esos instantes, porque todos ellos están grabados en letras blancas sobre fondo rojo en mi mente y todos ellos tienen el inconfundible sello de Generali.

Han pasado sólo dos años y medio desde esa foto. A veces, miro hacia atrás y me parece que llevo siglos aquí. Es lo que tiene estar a gusto y en familia, que el tiempo pasa volando. Como el león alado, por cierto, que lleva siglos vigilando la ciudad de Venecia y sobrevolando sus canales.

En otras ocasiones, me parece que esto no ha hecho más que empezar, y que el camino por recorrer lo es todo. A mi espalda, huellas de pisadas sobre un sendero amplio. Frente a mí, un mundo infinito de posibilidades y una nueva senda por descubrir.

Estos dos años y medio han sido sólo el preámbulo a una bonita historia que espero recorrer con vosotros, siendo testigo a la vez de la vuestra. Este tiempo en Generali ha sido la introducción a una novela, la mía en este caso, que a su vez continúa otra Historia mucho mayor y que comenzó en 1831, en una pequeña ciudad frente a las costas de Venecia…

 

Ya os he contado los primeros capítulos de mi historia. Espero que los siguientes los vivamos juntos. Es más, espero que vosotros tengáis también un capítulo en mi novela y que esta historia la vayamos escribiendo juntos.

 

¿Queréis saber, de entre todos los que salimos en la foto, quién soy yo?

Vamos a Venecia juntos y nos conocemos allí en persona, ¿qué te parece?